El camino fácil y menos sabio es culpar a otro de nuestra incomodidad o malestar, mas bien eso habla más de quiénes somos y lo que debemos trabajar en nosotros, que de la otra persona.
Cada persona y situación nos da luces de algo interior, mental, emocional y hasta espiritual.
A veces lo que me incomoda del otro puede resultar ser que yo lo tengo en mí mismo/a y no me he atrevido a verlo o no he caído en cuenta para poder trabajarlo, entonces cuando lo veo en otro me choca verlo en mí pero señalo al otro. (Ley del Espejo)
Descargar mi ira por la supuesta ofensa del otro, enfurecerme y atacarlo, me dice que no he aceptado que está en mí, y hay heridas abiertas que nada tienen que ver con él/ella.
Muchas veces enjuiciamos sin ver que nosotros pudiéramos estar iguales o peores, o tener otras cosas diferentes, igual o peor de graves.
Todos, absolutamente todos tenemos puntos ciegos y deberíamos abrazar nuestras debilidades y las de los demás para crecer juntos, porque lo que tienes tú, quizás no lo tengo yo pero yo tengo otras cosas y viceversa. Caminante no hay camino, se hace camino al andar...
Recordemos que cuando apuntamos con el dedo índice, hay tres dedos de la mano apuntándonos y señalándonos a nosotros mismos. Siempre en cualquier situación la mejor opción será tomar en cuenta uno o todos estos 4 acuerdos:
#1. HAZ SIEMPRE LO MEJOR.
Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca te recriminarás ni te arrepentirás de nada pues no harás daño a nadie intencionalmente. Errar es de humanos, sé gentil contigo mismo pero también con los demás.
#2. HONRA TUS PALABRAS.
Sé coherente con lo que piensas y haces. Ser auténtico y congruente con tus acciones te hace respetable hacia los demás y sobretodo ante ti mismo, que un día digas una cosa y otro día otra diferente, no es sano.
#3. NO TE TOMES NADA PERSONAL.
En la medida que alguien te quiere lastimar, ese alguien se lastima a sí mismo y el problema es de él y no tuyo. RESPIRA.
#4. NO SUPONGAS.
No des nada por supuesto. Si tienes duda, aclárala. Suponer te hace inventar historias increíbles que solo envenenan tu alma y no tienen fundamentos.
